lunes, 25 de enero de 2016

El Jardín de las Delicias Ochenteras

Ilustración realizada para la exposición del Colectivo Miñoco "O ano no que nacimos", en la que los miembros miñoqueros inmortalizamos los diversos acontecimientos que tuvieron lugar en los pretéritos tiempos que nos dieron origen (cada uno realizando una ilustración general con varios elementos, otra centrada en una ocurrencia específica y una última presentado alguna parte del proceso creativo, como por ejemplo los bocetos).



Para esta ilustración decidí introducir un buen puñado de elementos, aunque conteniéndome un tanto para salvaguardar la legibilidad del conjunto teniendo en mente el tamaño al que íbamos a realizar los trabajos (formato A3).
A la hora de dibujar los dígitos de la fecha en cuestión (en todas las ilustraciones que recopilan los sucesos generales hemos integrado el año correspondiente en la propia imagen) opté por formas redondeadas, luminosas y algo chillonas; quería obtener un aspecto que se acercase un poco a retrotraer a alguno de los logos de los programas de TV de la época (digamos un poco hortera, en el sentido más cómplice y afectuoso de la palabra).



En cuanto a los acontecimientos que elegí, procuré que el mosaico que conformasen resultase variado (y cuidado, que a partir de aquí procedo a poner a prueba la paciencia del apreciado público lector con un tocho interminable de épica longitud).



En aquel año Reagan anunciaba su Strategic Defense Initiative, apodada Star Wars, con la mente puesta en las tensiones de la Guerra Fría y el peligro de la Destrucción Mutua Asegurada. La negativa de su administración a detener dicho proyecto ocasionó, a su vez, que la Unión Soviética rompiese las negociaciones respecto al control de armas durante el mandato deYuri Andrópov. Y mientras el presidente estadounidense presentaba su Guerra de las Galaxias particular, George Lucas estrenaba en el cine la última parte de la trilogía original de la saga. Poco antes de eso, la macrocorporación Disney extendía sus tentáculos hasta la televisión por cable; en el futuro los caminos de Star Wars y Disney se acabarían cruzando, propiciando el resultado que podemos contemplar precisamente estos días en el cine y en las jugueterías.


Volviendo a los sistemas de defensa en Estados Unidos, de allí también procede el protocolo TCP/IP. Dicho protocolo era adoptado aquel año por ARPANET configurándose lo que se consideraría el inicio de internet, cimentándose un largo camino que llevaría a un glorioso (?) futuro repleto de porno y videos de gatos. Otro importante paso con carga de simbolismo tecnológico se daba también con la primera llamada de teléfono móvil, y además el CD llegaba a Europa y Norteamérica. Fueron creados el Dragon's Lair, la Famicom, los Mc Nuggets y Kim Jong-un. El transbordador espacial Challenger partía a su primera misión, llegando a marcar múltiples hitos históricos durante sus años de existencia hasta desembocar en un destino marcado por la tragedia.



Acercándonos de nuevo al mundo del séptimo arte, en el año que nos ocupa se estrenaron Flashdance, Tiburón 3D, Cujo y Christine (estas dos últimas adaptando novelas de Stephen King). Los Monty Python nos explicaban El Sentido de la Vida, Scarface volvía a conocer cuál es el Precio del Poder, Mel Brooks realizaba un remake de la comedia ambientada en la II Guerra Mundial To Be or Not to Be (promocionada con el satírico Hitler Rap en el que recuperaba sus versos "Don't be stoopid, be a smarty, come and join the Nazi Party", procedentes de Los Productores), Stallone dirigía a Travolta calzándose la piel de Tony Manero otra vez en Staying Alive y fuimos testigos del alzamiento de la Nueva Carne a través de Videodrome. En Superman III el personaje titular vivía locas aventuras con Richard Pryor y se convertía a causa de alguna kryptonita extraña en un tipo malvado que enderezaba la Torre de Pisa y se emborrachaba en los bares, para acabar luchando contra sí mismo en una crisis de identidad no demasiado metafórica. Y si Superman se enfrentaba a su propia identidad en su película, dos James Bond competían en dos filmes de productoras diferentes: Never Say Never Again y Octopussy.









El creador de Tintín, el gran Hergé, fallecía en esas fechas. DC adquiría los derechos de los personajes de la editorial Charlton y contrataba a Alan Moore para guionizar a la Cosa del Pantano, dos sucesos inconexos que germinarían en lo que un tiempo después sería Watchmen. Hablando de vigilar, Sting (que serviría de influencia gráfica para el personaje de John Constantine presentado, precisamente, en los cómics de la Cosa Pantanosa) canturreaba "I'll be watching you" en el tema de The Police Every Breath You Take. Ya casi puede considerarse tradición el hecho de que, debido a la melancólica melodía de la canción, la gente pase por alto el detalle de que la letra es aterradora (con el propio Siting tomándose a chufla que lo pongan tanto en las bodas).





New Order sacaban a luz Power, Corruption & Lies, Madonna y "Weird Al" Yancovik lanzaban sus respectivos álbumes de debut (bautizados con sus propios nombres) y los australianos Men at Work presentaban su disco Cargo con temas como Overkill mientras que su single Down Under alcanzaba el éxito en las listas de ventas. El genial David Bowie, tristemente fallecido hace pocos días, daba un giro en su actividad musical y creaba el Let's Dance. Michael Jackson popularizaba el Moonwalk al bailarlo mientras actuaba en la televisión al ritmo de Billie Jean, y en España la aparición televisiva de las Vulpes generaba una reacción muy diferente en los sectores más gazmoños del público. En el país patrio los ecos del peligro nuclear se reflejaban abundantemente en la música, como atestiguaban Polanski y el Ardor con su Ataque Preventivo de la URSS. Sin salirse del tema radiactivo, Aviador Dro afirmaban que Nuclear Sí, por supuesto. Pedro Almodóvar y Fabio McNamara exclamaban cosas de diferente índole con su LP de sónoro título ¡Cómo está el servicio... de señoras! y la movida madrileña encontraba en el programa La Edad de Oro, presentado por Paloma Chamorro, su ventana televisiva más representativa. Y en medio de la voragine artística, Andy Warhol visitaba España. En otros derroteros del mundo catódico ya de corte distinto, Emilio Aragón emprendía un largo camino siguiendo una linea blanca interminable en su programa de gags Ni en Vivo ni en Directo (linea que en esta ilustración he hecho desembocar maliciosamente en las protuberancias nasales de Scarface), y Fraggle Rock emergía en la superficie de la TV de América del Norte.


Rumasa era expropiada por el gobierno (se iniciaba un curioso ciclo de disfraces de Superman, amenazas con exabruptos lacteos y extraños anuncios de flanes y dulces) y un partido de fútbol entre España y Malta culminaba con un descompensado resultado.
Muchas otras ocurrencias que me hubiera gustado plasmar en la ilustración tuvieron lugar ese año, pero no me extenderé más, pues este post ya ha alcanzado una longitud inusitada para un blog de vocación gráfica como este.



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